Autoinmunidad

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La autoinmunidad es consecuencia de la activación de clones autorreactivos por parte de antígenos propios con las subsecuentes respuestas humorales y celulares dirigidas contra ellos. El significado biológico de estas respuestas es diverso. Así, las respuestas autoinmunitarias son de gran importancia en la regulación de la respuesta inmune adaptativa ( red idiotipo-antiidiotipo ) (1) y en la eliminación de células y antígenos propios derivados del recambio tisular (2).
Por otro lado, existen diversas patologías en las que se produce muerte y daño tisular, tales como infarto e inflamación, durante las cuales se liberan antígenos tisulares que originan autoanticuerpos los que participan en su eliminación (3). En todos estos casos, los fenómenos autoinmunitarios son necesarios y beneficiosos.
En las enfermedades autoinmunitarias (4), en cambio, la presencia de autoanticuerpos o linfocitos efectores autorreactivos se traduce en daño serio y progresivo a estructuras propias.

1. La red idiotipo -antiidiotipo es un mecanismo regulador de la respuesta inmune. Los idiotipos son los determinantes antigénicos de la región hipervariable de inmunoglobulinas y receptores para antigeno. El sistema inmune tiene la capacidad de reconocer estos determinantes antigénicos y montar respuestas humorales frente a ellos denominadas respuestas anti-idiotipo. Estos anticuerpos anti-idiotipo, además de neutralizar la zona hipervariable de los anticuerpos o receptores que les dieron origen, estimulan a su vez al sistema originando anticuerpos anti-antiidiotipo. De esta manera, se conforma una red idiotipo-antiidiotipo que tiende a regular negativamente la respuesta inmune.
2. Las células propias alteradas por envejecimiento u otros mecanismos cambian su estructura molecular originando antígenos que normalmente eran reconocidos como propios y por lo tanto tolerados. Las respuestas inmunes que surgen colaboran en la eliminación de estas estrucuras a través de una opsonización que aumenta la eficiencia de la fagocitosis o bien mediante la lisis por complemento.
3. El daño tisular producto de un infarto, proceso inflamatorio u otro mecanismo, se traduce en la liberación a la circulación de proteínas que no están normalmente en contacto con el sistema inmune. Estos auto-antígenos, al aumentar en concentración, rompen el estado de tolerancia que existía para ellos, y generan respuestas autoinmunes transitorias que, en general no producen daño al organismo.
4. Las enfermedades autoinmunes surgen como consecuencia de una pérdida de la tolerancia a antígenos propios y están mediadas por los mecanismos de daño inmunológico tipos II, III y IV principalmente. Son de etiologia desconocida, de carácter progresivo o recurrente y pueden afectar una gran diversidad de órganos o sistemas. De acuerdo a la distribución de el o los antígenos que provocan estas patologías, se distinguen las enfermedades autoinmunes órgano-específicas y sistémicas. Entre estos dos extremos, se encuentran una serie de enfermedades conformando lo que se denomina espectro de enfermedades autoinmunitarias, el cual, ordenado secuencialmente incluyeprincipalmente a Tiroiditis de Hashimoto, Mixedema Primario, Tirotoxicosis, Anemia Perniciosa, Gastritis Atrófica Autoinmune, Enfermedad de Addison, Diabetes tipo I, Sindrome de Goodpasture, Miastenia Gravis, Infertilidad Masculina Autoinmune, Pénfigo Vulgar, Penfigoide, Oftalmía Simpática, Esclerosis Múltiple, Anemia Hemolítica Autoinmune, Púrpura Tromobocitopénica Idiopática, Leucopenia Idiopática, Cirrosis Biliar Primaria, Colitis Ulcerativa, Sindrome de Sjögren, Artritis Reumatoidea, Dermatomiositis Escleroderma, Lupus Eritematosos Discoide y Lupus Eritematoso Sistémico.
Los antígenos que originan la respuesta inmune responsable del daño en las EAI son muy diversos en cuanto a su naturaleza y ubicación anatómica. Por ejemplo, en la Esclerosis Múltiple, el sistema inmune reacciona con la proteína básica de la mielina, en la Miastenia Gravis, el antígeno es el receptor para acetilcolina en la placa neuromotora. En la Artritis Reumatoidea,la reacción es contra una inmunoglobulina, en la Diabetes tipo I, el antígeno está presente en las células ß de los islotes de Langerhans del páncreas. En el Lupus Eritematoso Sistémico, los antígenos son DNA de una o dos hebras, histonas, ribonucleoproteínas, proteínas de membrana de eritrocitos, granulocitos y plaquetas y factores de la coagulación entre otros. En la Enfermedad de Basedow-Graves, el antígeno es el receptor para TSH en tiroides.
A pesar de que el número de antígenos propios que podrían hipotéticamente originar una enfermedad autoinmune es enorme, sólo algunos de ellos participan en su etiopatogenia. La razón de esta selectividad no se conoce, más aún, en muchas enfermedades autoinmunes, se desconoce la naturaleza del antígeno que las inicia.
Las enfermedades autoinmunes presentan distintos mecanismos efectores responsables del daño a estructuras propias. Algunas enfermedades órgano-específicas se deben a la acción de células T CD4+ a través de un mecanismo de daño tipo IV (Diabetes tipo I y Esclerosis Múltiple). Otras, como la Enfermedad de Graves y la Miastenia Gravis son resultado de respuestas humorales por un mecanismo de daño tipo II.
En las enfermedades autoinmunes sistémicas suelen coactuar diversos mecanismos de daño inmunológico. Así, en la Artritis Reumatoídea se observan los tipos III y IV y en el Lupus Eritematoso Sistémico predominan los tipos II y III.