Algunos parásitos
tales como los helmintos provocan en el huésped una
respuesta inmune particular y distinta a las respuestas
celular y humoral clásicas. Esta respuesta esta mediada
por IgE, células cebadas y eosinófilos.
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Los helmintos poseen antígenos que estimulan preferentemente
a linfocitos T CD4+ que secretan las interleuquinas 4 y
5. Estos linfocitos pertenecerían al subgrupo de
linfocitos cooperadores Th-2 descritos en el ratón.
La IL-4 actúa sobre linfocitos B produciendo la variación
de isotipo desde IgM a IgE (A). La IL-5 atrae gran cantidad
de eosinofilos al lugar donde se encuentra el parásito.
La IgE opsoniza al parásito y los eosinófilos
se unen a esta inmunoglobulina a través de sus receptores
para Fc epsilon (1). Mediante un mecanismo ADCC y liberando
el contenido de sus gránulos en la superficie del
helminto, los eosinófilos son capaces de producir
la lisis parasitaria. La proteína básica mayor
presente en los gránulos del eosinófilo es
más tóxica para estos organismos que los radicales
libres y enzimas proteolíticas liberadas por polimorfonucleares
neutrófilos y macrófagos.
Las células cebadas colaboran en esta respuesta al
ser inducidas a secretar mediadores por la acción
de IgE unida a su superficie a través del fragmento
Fc y a antígenos parasitarios a través de
la región Fab (2). Entre estos mediadores son importantes
la histamina que produce vasodilatación y aumenta
la permeabilidad vascular, los factores quimiotácticos
que atraen eosinófilos, neutrófilos, monocitos
y basófilos, los leucotrienos que aumentan la secresión
de mucus y la histamina y prostaglandina D2 que producen
contracción del musculo liso. Sus efectos contribuyen
a producir daño al parásito y a expulsarlos
cuando se encuentran en zonas tales como el lumen intestinal.
Además de esta respuesta, el huésped utiliza
al sistema complemento, a anticuerpos de otros isotipos
y a la acción de PMNn y macrófagos en la eliminación
de helmintos.
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