Los sindromes de inmunodeficiencia
pueden corresponder a fenómenos congénitos
(inmunodeficiencias primarias) o bien a alteraciones adquiridas
o iatrogénicas (inmunodeficiencias secundarias).
Las inmunodeficencias primarias pueden afectar a uno a más
de los distintos componentes inespecíficos y específicos
del Sistema Inmune. La mayoría son defectos genéticos
que alteran el desarrollo, activación o función
de las diversas poblaciones celulares responsables de la
respuesta específica (linfocitos T y/o B ) o de las
células o moléculas que participan en mecanismos
de amplificación de la respuesta de la inmunidad
adaptativa.
La gravedad de las inmunodeficiencias primarias se relaciona
directamente con la etapa del desarrollo de las células
del sistema inmune en que se produjo la alteración.
En general, se considera que en el desarrollo de los distintos
tejidos participan fenómenos de determinación
y diferenciación a partir de células multi
o pluripotentes. En este proceso participan por una parte
la dotación genética celular y por otra factores
ambientales que inducen cambios en la expresión génica
determinando un fenotipo particular. En el desarrollo de
los diversos órganos y sistemas están involucradas
básicamente la proliferación y la diferenciación
celulares. Los factores etiólogicos que llevan a
alteraciones en estos procesos son de diversa naturaleza
y de gran complejidad. Pueden tener su origen en defectos
genéticos prexistentes o heredados o bien ser consecuencia
de la interacción de las células en desarrollo
con distintos factores externos denominados genéricamente
agentes teratógenos. Entre ellos se encuentran las
radiaciones, algunos virus, medicamentos u otros a los que
el individuo en desarrollo puede haber sido expuesto. En
este caso la alteración es de carácter poligénico.
En las inmunodeficiencias en particular, se ha identificado
sólo en algunos casos la etiología de las
diversas alteraciones que afectan al ser humano.
Para entender las características y consecuencias
de las distintas inmunodeficiencias es necesario conocer
el origen de los diversos componentes del sistema inmune.
Las células que participan en los componentes específico
e inespecífico de la Respuesta Inmune provienen de
células multipotentes (1) que dan origen a células
madre pluripotentes (2) que son las precursoras de las series
linfoide (3) y mieloide (4), entre otras. La serie linfoide
madura y se diferencia en el Timo (linfocitos T ) (5) y
en la médula ósea ( linfocitos B ) (6). La
serie mieloide madura en médula ósea y origina
monocitos (7) y granulocitos (8). En el microambiente de
estos tejidos, las células mencionadas adquieren
su fenotipo diferenciado para salir posteriormente a poblar
los órganos linfoides periféricos (9) y el
resto de los tejidos a través de la circulación
sanguínea y linfática.
Cada uno de los pasos de las células a lo largo del
camino hacia la diferenciación puede ser alterado
por las condiciones genéticas o ambientales. Las
manifestaciones morfofuncionales y clínicas que presentan
los pacientes inmunodeficientes dependen de la etapa del
desarrollo celular afectada. Mientras más precoz
sea la alteración, mayor gravedad presentará
el cuadro clínico resultante.
Las inmunodeficiencias primarias son poco frecuentes, se
manifiestan clínicamente entre los seis meses y dos
años de edad y se caracterizan por presentar un aumento
en la susceptibilidad a infecciones. Además, se ha
observado que algunas inmunodeficiencias se asocian con
un aumento en la incidencia de cáncer.
Se señalan a continuación algunas inmunodeficiencias
ilustrativas de estas patologias.
A. Cuando el defecto involucra la ausencia o disminución
importante de células madre, se produce la disgenesia
reticular o Inmunodeficiencia Combinada Severa con Leucopenia.
En ella se observa ausencia total de linfocitos y granulocitos
tanto circulantes ycomo en médula ósea. Los
niños mueren a los pocos días después
del nacimiento por infecciones masivas. El defecto parece
ser de transmisión autosómica y su causa es
desconocida.
B. Cuando el defecto está en la maduración
de la linea linfoide afectando a las células precursoras
de linfocitos, se produce la Inmunodeficiencia Combinada
Severa que puede ser ligada al cromosoma X o bien ser autosómica
recesiva. Estos pacientes carecen de linfocitos T y B y
la enfermedad suele estar asociada a deficiencias enzimáticas
( adenosina-deaminasa). En otros casos hay fallas enla expresión
de moléculas codificadas por el sistema mayor de
histocompatibilidad. Se observa una depleción importante
de linfocitos en el tejido linfoide y en sangre periférica
(menos de 1000/mm3). La función fagocítica
está normal. Al fallar las respuestas adaptativas
celular y humoral, los niños afectados presentan
infecciones recurrentes por hongos y otros microorganismos
y mueren generalmente antes de los dos años de edad.
El defecto puede ser subsanado actualmente mediante trasplante
de médula ósea.
C. Las deficiencias de la linea linfática T pueden
estar asociadas a aplasia tímica (Sindrome de diGeorge)
o hipoplasia tímica (Sindrome de Nezelof). En el
Sindrome de di George existe un desarrollo embriológico
anormal de la tercera y cuarta bolsa faríngea lo
que se traduce en aplasia tímica y de las glándulas
paratiroides entre otras alteraciones. Los pacientes, al
carecer de respuesta celular, sufren de infecciones recurrentes
por microorganismos oportunistas tales como hongos, virus
y P.carinii. Los niveles de inmunoglobulinas séricas
pueden estar normales o presentar aumento de IgE y disminución
de IgA. Además de estas manifestaciones, los niños
presentan las alteraciones propias de la ausencia de paratiroides
(crisis hipocalcémicas) o de otros sistemas afectados.
Su etiología no está clara, afecta a los dos
sexos por igual y suelen encontrarse anomalías cromosómicas.
En el sindrome de Nezelof se observa hipoplasia tímica
y de órganos linfáticos periféricos,
con linfopenia y respuesta adaptativa celular muy pobre.
Los niveles séricos de las cinco clases de inmunoglobulinas
suelen estar normales. Los niños padecen infecciones
crónicas pulmonares recurrentes, candidiasis, diarreas
crónicas, infecciones cutáneas, sepsis por
gramnegativos entre otras infecciones. Se supone que corresponde
a una alteración autosómica recesiva o bien
ligada al cromosoma X.
D. En la agammaglobulinemia ligada al cromosoma X o enfermedad
de Bruton existe una alteración de linfocitos pre-B
en la médula ósea. En este caso se detecta
una severa linfopenia B con disminución importante
de IgG y una ausencia casi completa de IgA e IgM lo que
se traduce en una respuesta adaptativa humoral casi ausente.
Los síntomas se inician generalmente a partir de
los seis a nueve meses de edad ya que antes cuentan con
inmunoglobulinas aportadas por la madre. Los pacientes sufren
de infecciones recurrentes por microorganismos extracelulares
piógenos. Su respuesta celular está normal.
Otras inmunodeficiencias que afectan la maduración
de linfocitos B son la agammaglobulinemia variable común
y la deficiencia selectiva de IgA. La respuesta humoral
se ve además afectada por otras deficiencias que
no involucran a la maduración de linfocitos B. Entre
ellas se cuentan la deficiencia en el componente secretor
de la IgA (alteración de epitelio mucoso) y la deficiencia
selectiva de IgM por alteración en linfocitos T cooperadores.
E. Las alteraciones que afectan a las células fagocíticas
pueden tener su origen en el precursor mieloide ( se detecta
deficiencia en monocitos y polimorfonucleares) o en una
de las líneas en particular. El primer caso no es
común, sin embargo si se ha descrito fallas en el
número de leucocitos (neutropenias hereditarias )
y alteraciones funcionales de ellos. Así, en la Enfermedad
Granulomatosa Crónica de la Infancia existe una incapacidad
de los polimorfonucleares de generar peróxido de
hidrógeno y otros radicales derivados del oxígeno
pertenecientes a los mecanismos bactericidas oxígeno
dependientes de estas células. Los pacientes sufren
graves infecciones bacterianas especialmente por aquellas
catalasa-positivas. En el Sindrome de Chediack-Higashi se
observa, entre otras alteraciones, la existencia de lisosomas
gigantes en el citoplasma de polimorfonucleares neutrófilos
y eosinófilos, los que presentan alteraciones funcionales
que afectan la quimiotaxis y la capacidad microbicida.
Finalmente, existen deficiencias genéticas que afectan
a prácticamente cada uno de los componentes del sistema
del complemento, uno de los principales mecanismos amplificadores
de la respuesta humoral.
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