La
estimulación clásica de linfocitos en la respuesta
inmune adaptativa es a través de la unión
específica del epitopo antigénico con el receptor
idiotípico respectivo. Este contacto puede requerir
o no de la presencia de moleculas MHC.
Existen sin embargo algunas excepciones en las cuales la
estimulación linfocitaria presenta un nivel de especificidad
menos restringido, de manera que ante un estímulo
antigénico determinado reaccionan poblaciones de
linfocitos de diversas especificidades. Destacan la activación
de linfocitos TCD4+ por superantígenos (A), la estimulación
policlonal de linfocitos B por lipopolisacáridos
bacterianos (B) y la estimulación de linfocitos con
TCR gamma delta (C).
A.
Estimulación por superantígenos:
Algunas toxinas bacterianas y ciertos antígenos endógenos
(ej:MLS en ratón) estimulan particularmente a linfocitos
T CD4+ que expresan un conjunto o familia de genes V beta
en el TCR . Estas toxinas han sido llamadas superantígenos.
Esta activación es dependiente de la presencia de
MHC clase II, sin embargo es independiente de la zona hipervariable
de la molécula y su contenido peptídico. Los
superantígenos no requieren de procesamiento, uniéndose
directamente a la zona Vbeta del MHC y a una zona lateral
del TCR de linfocitos TCD4+. Los superantígenos no
discriminan entre distintos alelos del MHC de manera que
el polimorfismo de esta molécula no influye en la
respuesta. Tampoco requieren de la cooperación de
otros linfocitos T. Se trata de una situación de
semiespecificidad ya que está limitado a ciertos
alelos V beta. De esta manera, al tender los superantígenos
una especie de puente entre MHC y TCR, invocan a un grupo
de linfocitos T de diferentes especificidades. Estos linfocitos
activados producen gran cantidad de citoquinas, especialmente
Factor de Necrosis Tumoral (TNF), las que originan un cuadro
clínico caracterizado por fiebre, coagulación
intravascular diseminada y shock cardiovascular. También
estimulan macrófagos a secretar citoquinas. Sin embargo,
no tienen relación con respuestas inmunes humorales.
Los superantigenos incluyen cinco grupos distintos de enterotoxinas
estafilocócicas que son causa del envenenamiento
por alimentos en humanos a través de este mecanismo.
Otras toxinas relacionadas con este tipo de respuesta son
la TSST del sindrome shock tóxico, las exotoxinas
pirógenas de estreptococo y exotoxinas de micoplasmas.
Todas ellas aun en concentraciones muy bajas, son capaces
de estimular a uno de cada cinco linfocitos T.
El mecanismo de estimulación por superantígenos
endógenos (por ejemplo Mls del ratón) está
siendo intensamente investigado en relación a deleción
clonal y tolerancia a antígenos propios.
B.
Activación policlonal de linfocitos B:
Algunas bacterias gram negativas presentan en su superficie
lipopolisacáridos (endotoxinas) capaces de estimular
a linfocitos B en forma independiente de su especificidad
idiotípica.
Estas endotoxinas, cuando están en dosis altas, se
unen a la membrana de linfocitos B en una estructura aún
no identificada estimulando su activa proliferación
sin necesidad de la participación de citoquinas.
Los activadores policlonales de celulas B pertenecen por
lo tanto a la categoría de antígenos T independientes.
La respuesta policlonal se manifiesta como la secresión
de grandes cantidades de IgM e IgG3 sin presentar otra variación
de isotipo, maduración de afinidad ni generación
de memoria, como ocurre en las respuestas T dependientes.
La presencia de IgG3 sugiere la participación de
linfocitos T los que serían estimulados por el componente
lipídico de los LPS. Estos mismos antígenos
en dosis bajas estimulan específicamente a linfocitos
B por lo que son considerados antígenos y no mitógenos.
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