Las
células cancerosas presentan una neoantigenicidad
al exponer en su membrana antígenos diferentes a
los propios. De esta manera, desde un punto de vista de
la inmunidad adaptativa, equivalen a un trasplante alogénico.
Los antígenos tumorales que provocan un rechazo inmunológico
se denominan TSTA e incluyen proteínas tumorales
que son presentadas por moléculas MHC clase I presentes
en las células cancerosas.
Los antígenos de neoplasias malignas originan respuestas
humorales y celulares. Se ha detectado la presencia de anticuerpos
contra estos antígenos en el suero de pacientes cancerosos.
Su papel en el rechazo inmunológico del tumor, es
sin embargo, controvertido. En experimentos in vitro, estos
anticuerpos hacen posible la activación del complemento
y también el mecanismo ADCC (citotoxicidad mediada
por anticuerpos) por parte de células NK.
Los linfocitos T CD8+ citotóxicos (1) parecen ser
más efectivos que los anticuerpos en el rechazo inmunológico
de células cancerosas. La especificidad de estos
linfocitos a un determinado tumor no está bien clara
ya que pueden reaccionar también con otras neoplasias
malignas que no presentan la misma antigenicidad.
Las células " Natural Killer" o NK (2)
parecen ser las células efectoras más importantes
en la vigilancia inmunológica y en la respuesta inmune
efectora a células cancerosas. En el primer caso,
las células NK detectan la presencia de células
malignas en forma precoz, eliminándolas por un mecanismo
citotóxico antes de que constituyan una neoplasias
clínicamente detectables. Si las células cancerosas
han sobrepasado este rechazo inmunológico y han conformado
un tumor, las células NK pueden ejercer citotoxicidad
directa de una manera similar a la de los linfocitos T citotóxicos
o bien, en conjunto con anticuerpos, pueden lisar células
cancerosas por el mecanismo ADCC. En esta respuesta es de
vital importancia la presencia de citoquinas que activan
la capacidad tumoricida de células NK. Entre estas,
se cuentan los interferones, el factor de necrosis tumoral
y la interleuquina 2.
Finalmente, los macrófagos (3) pueden participar
en la respuesta frente a células cancerosas a través
del mecanismo ADCC y de la liberación de enzimas
lisosómicas y radicales libres. También se
ha descrito la participación de oxido nitroso (NO).
Sin embargo, la citoquina más importante en la reacción
de macrófagos ante células cancerosas, es
el factor de necrosis tumoral (TNF) cuya unión a
la superficie celular se manifiesta como toxicidad a través
de la generación de radicales libres en ella. Además,
el TNF produce alteraciones en la circulación sanguínea
las que se traducirían en trombosis y necrosis isquémica
del tumor.
A pesar de la existencia de todos estos mecanismos inespecíficos
y específicos, las neoplasias malignas, una vez alcanzado
un tamaño crítico, no son posibles de ser
eliminadas por medios inmunológicos.
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