El
sistema de la inmunidad adaptativa mantiene la constancia
macromolecular detectando y eliminando agentes injuriantes
exógenos y componentes propios alterados.
Los mecanismos involucrados en las respuestas celulares
y humorales pueden sin embargo, bajo ciertas circunstancias,
ser responsables de daño tisular y disfunción
orgánica. Tal es así, que las respuestas inmunes
adaptativas, pueden producir, a través de distintos
Mecanismos de Daño Inmunológico, Hipersensibilidad
(1) y Autoinmunidad (2). En estos casos, el daño
tisular es consecuencia de una respuesta inmune frente a
antígenos ajenos o propios respectivamente.
Alternativamente, en condiciones denominadas genéricamente
Inmunodeficiencias (3), la respuesta de inmunidad adaptativa
puede estar alterada en sus componentes y/o funciones. En
estos casos, los pacientes sufren de infecciones recurrentes
y/o neoplasias malignas que surgen de la incapacidad de
sus distintos componentes de detectar y/o eliminar microorganismos
o bien células propias alteradas.
Finalmente, las células del sistema inmune, tanto
específicas (linfocitos) como accesorias (monocitos,
granulocitos), pueden sufrir procesos neoplásicos
(4), originando Linfomas, Leucemias y Mielomas principalmente.
Inmunodeficiencias y neoplasias producen alteraciones en
la respuesta de inmunidad adaptativa. Sin embargo, en el
caso de las neoplasias, las principales consecuencias para
el huésped son aquellas inherentes a los procesos
malignos.
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